El día en que se llevaron al novio

jueves, 8 de octubre de 2009
Cartas, notas, obsequios y otros detalles inundan las sábanas. El diluvio de recuerdos llena sus parpados de hermosas lágrimas de amor. Mientras éstas resbalan por sus mejillas, Laura toma las fotos ya humedecidas y se enfoca en los ojos verdes de él, pronunciando estas palabras: "Te extraño tanto". Él está muy lejos.
"Cuando hay una boda, los amigos del novio no están tristes mientras él está con ellos, pero llegará el día en que se llevarán al novio y entonces ayunarán" - Mateo 9:15 (PDT)
Aunque estas palabras de Jesús tienen todo el sentido del mundo, tal vez sus discípulos no captaron de inmediato su significado. No obstante, después de la muerte y resurrección del Maestro vemos a la iglesia naciente reunida constante y fervientemente en torno a Él, ayunando algunas veces (Hechos 13:2-3; 14:23), a la espera de su regreso.

Entendemos que el ayuno es abstenerse de alimentos. En el uso religioso involucra cierto grado de aflicción (En la Biblia hay ejemplos de ayunos motivados por el arrepentimiento o la mera busqueda de la voluntad divina). Sin embargo, me atrevo a sugerir que ayunar en muchos casos es producto de un amor intenso; lo mismo que siente Laura cuando se encierra en su habitación a revivir los preciosos momentos con su amado.

En esos momentos el amor está siendo probado, pues se supone que sabe esperar. Recuerdo a Ana, una especie de Madre Teresa en tiempo de Cristo. Ella estaba de continuo en el templo de Dios "sirviendo con ayunos y oraciones" (Lucas 2:37); esperaba ver la primera venida del Salvador (así como los amigos del novio esperan la segunda)

Muchas veces no podemos escapar de la aflicción que produce extrañar al ser amado. Eso nos lleva a encierros como los de Ana. Ahora bien, asi ella vio la promesa; también Laura estará de nuevo con su príncipe azul de ojos verdes; y la iglesia reinara con el Príncipe de Paz (Ese día se llevarán los ayunos).

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